Por José Manuel Gomis Aracil
Escritor y crítico de cine
España
En todos los géneros cinematográficos existen títulos que adquieren especial significación, que suponen un punto y aparte, que resitúan o modifican unos códigos y unas pautas que hasta el momento parecían inamovibles. Franklin J. Schaffner es el responsable de uno de esos títulos, "Planet of the Apes" (1968), obra imprescindible del cine del cine en general.
Desde la noche de los tiempos, el hombre siempre ha creído ser la joya de la Creación. No fue hasta Darwin y Lamarck, con sus extensas conclusiones sobre la Evolución, que los seres humanos se han dado cuenta de que la "casual" evolución de nuestra especie había sido fruto de un lapso de tiempo considerable y una adaptación de nuestro físico a las caprichosas pautas naturales a las que estábamos expuestos, "eslabones perdidos" aparte.