Reconozco que esta vez no me alcance a salir del todo del yugo británico, y sucumbí a los encantos de esta película hecha en Australia, un lejano integrante del "Commonwealth", más conocido por Nicole Kidman y Mad Max... ¡Vaya contrariedad!
Esto se nos vende de una forma pero resulta saliendo de otra, y no me refiero al hecho de que ésta es una cinta puesta a modo de documental (imagínense un programa de Discovery o Infinito sin el horrible doblaje), como está tan en boga últimamente, sino que el terror es presentado como un estado mental totalmente interno y lleno de distintos matices psicológicos.