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25 oct 2011

"No profanar el sueño de los muertos" (1974): La mejor película de zombis de todos los tiempos

Por Pedro Sala Jiménez
España

"No profanar el sueño de los muertos" (1974) es una prueba de aquel cine español que durante los últimos años del franquismo consiguió esquivar los tentáculos de la censura para ofrecer una alternativa cinematográfica distinta. Es injusto que esta película, que obtuvo numerosos premios internacionales, no tenga el reconocimiento que se merece en su país y que en Japón, Inglaterra, Francia o Estados Unidos, esté considerada de culto.

El filme consiguió importantes premios en diferentes eventos, como en el Festival Internacional de Cine Fantástico de París, en el que Jorge Grau se alzó con el premio al Mejor Director, y en el Festival de Sitges, en el que obtuvo los galardones a la Mejor Película, Mejores Efectos Especiales y Mejor Actriz.

"No profanar el sueño de los muertos" es una coproducción a tres bandas, entre España (aportando al director, a la actriz Cristina Galbó y a numerosos extras), Italia (contribuyeron con el actor Ray Lovelock, el futuro montador de Lucio Fulci, Vincenzo Tomassi, y al especialista en maquillaje, Giannetto de Rossi) e Inglaterra (donde se rodó la totalidad de los exteriores y quienes se encargaron de contratar al americano Arthur Kennedy).

Jorge Grau siempre reconoció en numerosas entrevistas que se inspiró en "Night of the Living Dead" (1968). Era, por así decirlo, una revisión en color del filme de George A. Romero. Las diferencias entre ambas son abismales y la de Grau es una de las mejores películas de terror de todos los tiempos, la mejor cinta de zombis que se haya rodado y una obra que contiene algunas de las escenas gore más impactantes para su época. Deja al proyecto de Romero como una obra de aficionados a la que el paso del tiempo ha convertido más en un mito que en otra cosa.

El hecho de que esté ambientada en las afueras de Manchester, la diversidad de lugares tétricos por donde deambulan los personajes (cementerios, criptas, bosques, casas antiguas y caminos solitarios) y la fotografía oscura que hay en algún momento, dan como resultado un filme gótico en pleno siglo XX. El trato cuidadísimo de algunos planos, en especial en los ataques de los muertos, logra plasmar el terror de sus protagonistas. Y es que la gran labor del equipo técnico otorga a la película un aspecto visual muy logrado, haciéndose pasar fácilmente por una producción americana.

A diferencia del filme de Romero, en el que no se menciona nada sobre la resurrección de los muertos, en "No profanar el sueño de los muertos" se explica por qué vuelven a la vida. Es en este sentido donde la película de Grau se interesa por el ecologismo al criticar los avances tecnológicos a los que considera el motivo del por qué los muertos resucitan. Incluso, la película comienza con imágenes de pájaros muertos, centrales nucleares, fábricas "escupiendo" humo a la atmósfera, ciudadanos andando por las calles de Londres con mascarillas debido al alto grado de contaminación y, además, aparece una mujer desnuda corriendo por el centro de la capital inglesa.

El filme de Grau es pura serie B, por lo tanto que nadie espere ver hordas de zombis atacando en masa. Solo aparecen seis muertos vivientes en todo el largometraje (tres en el cementerio y otros tres en la escena final del hospital). Eso sí, cada ataque de los zombis es una delicia para los amantes de la casquería. Utilizan hachas, cruces y lápidas para matar. Se atrevió a enseñar en primeros planos destripamientos, desgarramientos y escenas de canibalismo. Con unas cotas de sangre nunca visto antes en el cine y adelantándose a "Dawn of the Dead" (1978), el mítico largometraje de George A. Romero.

Pero la película no es perfecta. Tiene agujeros de guión demasiado
grandes. ¿Cómo es posible que el primer zombi que aparece vaya primero a la casa de la hermana y luego al cementerio sin que nadie lo vea y sin matar a nadie más? Por no mencionar el final, cuya escena no es creíble pero está cargada de mensaje apocalíptico. Aun así, la calidad técnica que desprende destaca muy por encima de los defectos.
EL MOMENTO: La escena del cementerio, en especial cuando George y Edna se quedan encerrados en la cripta junto a tres zombis. LO MEJOR: El ataque de los muertos vivientes, cargados de gore explícito. LO PEOR: La trama policíaca es algo forzada. LA FRASE: "Ojalá fuera cierto que los muertos resucitan, podría volver a matarte".
Título original: "No profanar el sueño de los muertos". Título alternativo: "Non si deve profanare il sonno dei morti". Países y año: España e Italia, 1974. Director: Jorge Grau. Guión de: Sandro Continenza y Marcello Coscia. Elenco: Cristina Galbó, Ray Lovelock, Arthur Kennedy y otros.

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