Por José Manuel Gomis Aracil
Escritor y crítico de cine
España
Escritor y crítico de cine
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¿Qué sucedería si tu compañero de colegio, tu hermana o tu hijo nunca hubieran existido? ¿Y si todo lo concerniente a ellos hubiera sido ocultado de manera deliberada para algún extraño fin? Desde estas sugerentes preguntas surge el argumento de "So Long at the Fair" (1950) y "The Lady Vanishes" (1979), dos estupendas películas tan cercanas en su desarrollo.
Aunque se asegura que el argumento de la primera de estas cintas surge de una leyenda
urbana del siglo XIX, lo cierto es que "The Lady Vanishes", primera versión dirigida en 1938 por Alfred Hitchcock, está basada en la novela de Ethel Lina
White, poniendo nombres y apellidos a una trama verdaderamente inquietante.
Es curioso que en los últimos años se haya usado hasta la saciedad esta humilde
pero efectiva trama en varias películas como "Breakdown" (1997) o "Flightplan" (2005).
"So Long at the Fair" (1950)
La acción quedaría explicada de una manera muy simple, pero a la vez complicada y viciada por el ambiente decimonónico e intrigante de un París ajetreado implicado en un gran acontecimiento internacional: la Exposición Universal de 1889.
Dos hermanos, Johnny (David Tomlison) y Vicky Barton (Jean Simmons) recién llegados de un viaje por el Mediterráneo, visitan la capital francesa con motivo del evento anteriormente mencionado. Ambos deciden instalarse en un lujoso hotel. Por la noche, después de una agradable cena y una sugerente y ajetreada velada en el Moulin Rouge, el hermano presenta un malestar inesperado. A la mañana siguiente, Vicky comprueba que su hermano ha desaparecido. Y no sólo Johnny, sino todo lo concerniente a él; incluso su habitación.
En el hotel
surge un complot en contra de la muchacha asegurando que ella viajaba sola sin
compañía de nadie más, haciendo que la pobre chica quede contrariada y sin ninguna
prueba de la existencia de su hermano. Nadie cree en sus palabras, excepto un joven,
Georg (Dirk Bogarde), a quien el desaparecido había prestado cincuenta francos la
noche anterior. A partir de ahí Georg y Vicky tratan de averiguar la verdad de lo
ocurrido.
El mítico director de la Hammer, Terence Fisher, ofrece una producción de serie B perfectamente hilvanada y entretenida con una fotografía en blanco y negro excelente y una
fabulosa ambientación. El suspense en el que se ve envuelta la protagonista, Vicky, y
las trepidantes investigaciones de Georg van llevando a los espectadores a través de una intriga con
descubrimientos inquietantes y un final desconcertante.
Esta misma historia se contó en el quinto capítulo de la primera temporada de "Alfred
Hitchcock Presents", allá por 1955, con Patricia Hitchcock, la hija de Sir Alfred, en el
papel de Jean Simmons.
"The Lady Vanishes" (1979)
Es la última película de la mítica Hammer dirigida por Anthony Page con una intriga
acertada, pero con un desarrollo demasiado pueril y previsible. La película cuenta con un
buen elenco de actores, pero no consigue enganchar al espectador en ningún momento.
A destacar el montaje, la banda sonora y la sublime fotografía de Douglas Slocombe, quien el pasado mes de febrero.
La acción sucede poco a antes de que estalle la Segunda Guerra Mundial. El filme
presenta, en un pequeño prólogo cercano a la comedia de enredo, un pequeño complot
de espionaje nazi para capturar a un agente británico, que parece esconderse en un hotel alemán en el que se alojan una serie de turistas que han de abordar un tren para regresar a
sus países de origen en un expreso que atraviesa Alemania.
Amanda Kelly (Cybill Shepherd), una joven y caprichosa millonaria americana que
se aloja en el hotel, conoce casualmente a una dulce niñera inglesa, Miss Froy (Angela
Lansbury). La señora desaparece misteriosamente en el tren sin dejar rastro y la joven
comienza a investigar a todos los pasajeros con la ayuda de un fotógrafo llamado Robert
Condon (Elliott Gould), iniciando una búsqueda frenética a través de todos los
compartimentos del tren. Lo que verdaderamente sustenta todo el misterio de la trama es
el empeño del resto de viajeros en negar la existencia de la pasajera, haciendo que todo
el relato de la joven parezca un sueño o, simplemente, una mentira.
A propósito de Douglas Slocombe, es importante comentar que el mítico director de
fotografía cumplió en
el pasado mes de febrero 100 años de edad.
Nacido en Londres, Slocombe fue considerado como uno de los mejores
directores de fotografía de la industria cinematográfica. Comenzó su carrera como
reportero gráfico para la revista Life y el periódico Paris-Match antes de la Segunda
Guerra Mundial. Durante la guerra trabajó como documentalista. Cuando acabó la
contienda se fue a trabajar para la Ealing Studios como operador de cámara, debutando
como director de fotografía en la película "Dead of Night" (1945). Slocombe aportó a
las películas de Ealing una mirada única y realista por la que se hizo famoso. Salió de
Ealing y dividió su trabajo, de manera independiente, entre Inglaterra y Estados Unidos.
Ganó el BAFTA, el equivalente británico de los Oscar, tres veces, por "El sirviente" (1963), "El gran Gatsby" (1974) y "Julia" (1977). En el rodaje de "En busca del arca perdida" se le recordará por no haber utilizado el "medidor de luz", una herramienta casi indispensable para la mayoría de los directores de fotografía.
Ganó el BAFTA, el equivalente británico de los Oscar, tres veces, por "El sirviente" (1963), "El gran Gatsby" (1974) y "Julia" (1977). En el rodaje de "En busca del arca perdida" se le recordará por no haber utilizado el "medidor de luz", una herramienta casi indispensable para la mayoría de los directores de fotografía.
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