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3 ago 2012

"Dreamscape" (1984): Soñar, soñar...

Por Juan Martín Staffa
Argentina

El cine y los sueños es una de las asociaciones de más larga data en lo que se refiere a la historia del arte en el siglo XX. Los primeros trabajos de Luis Buñuel y los vanguardistas franceses, como Abel Gance, indagaban acerca de mundos oníricos en consonancia con la realidad, experimentando con el montaje y los lentes de la cámara, así como con la intervención directa del negativo, en los casos más extremos.

Poco a poco los alcances y misterios del díptico "sueño vs. realidad" fueron ampliándose hasta tocar las grandes producciones de cineastas importantes ubicados en el mainstream hollywoodense. Tal es el caso de Alfred Hitchcock, quien encargó el diseño de las secuencias oníricas de "Spellbound" (1945) nada menos que a Salvador Dalí, el pintor surrealista por excelencia.

En 1984, una pequeña película independiente de terror se convirtió en un éxito descomunal de taquilla: "A Nightmare on Elm Street" (1984) de Wes Craven. Sin embargo, ese mismo año también llegaba a los cines un filme que no es recordado como el del asesino de las navajas de acero, pero que igualmente tuvo una performance más que aceptable en la taquilla: "Dreamscape" (1984).

Alex Gardner es un joven rebelde que se la pasa apostando en las carreras de caballos y conquistando mujeres gracias a una importante habilidad psíquica. Un día es reclutado por el Dr. Novotny para participar en un proyecto científico secreto de origen gubernamental: la manipulación e intervención de los sueños. Pero Alex se verá envuelto en una trama conspirativa, que incluso amenaza con terminar con la vida del mismísimo presidente de Estados Unidos.

Uno de los aspectos más característicos de "Dreamscape" es su elenco. Dennis Quaid, Max von Sydow, Christopher Plummer, Kate Capshaw, David Patrick Kelly y George Wendt decoran la pantalla con toda su jerarquía y experiencia, llevando adelante un guión prolijo y conciso que, sin descollar, cumple con lo que se propone: entretener durante 100 minutos al espectador.

El director Joseph Ruben –quien años más tarde ofrecería thrillers aceptables como "Sleeping with the Enemy" (1991) y "The Good Son" (1993)– elabora un relato clásico, transparente, con un correcto pulso narrativo.

Lo negativo del filme es la escasa creatividad en las escenas que transcurren en el mundo onírico. Si bien hay algunos segmentos interesantes, como el mundo de los sueños del niño Buddy, se nota cierta decadencia en el diseño de producción a lo largo del metraje, producto de un presupuesto que claramente se iba agotando a medida que avanzaba el rodaje de la película. La mencionada "A Nightmare on Elm Street", con menos presupuesto, pero mucha más creatividad a la hora de los efectos visuales, es un claro contraejemplo de esto.

"Dreamscape" no defrauda, pero tampoco se destaca por su originalidad. Con un argumento que anticipa en parte a la taquillera "Inception" (2010), de Christopher Nolan, buenas actuaciones y un guión sin pretensiones, la cinta cumple el objetivo principal de una buena historia fantástica: entretener y divertir.

Título original: "Dreamscape". Título alternativo: "La gran huida". País y año: Estados Unidos, 1984. Director: Joseph Ruben. Guión de: David Loughery, Chuck Russell y Joseph Ruben, en base a una historia del propio Loughery. Elenco: Dennis Quaid, Max von Sydow, Christopher Plummer, Eddie Albert y otros.

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