"The Dead Zone" (1983): Una pequeña obra maestra de David Cronenberg

"Hay cosas por las
que merece
la pena esperar"

Por José Manuel Gomis Aracil

Escritor y crítico de cine

España

Quizá no sea cine, sino un sueño degenerativo y audaz... "The Dead Zone" (1983) es todo eso y más. Una pesadilla subyacente donde los personajes fluyen con toda normalidad aportando un carisma de extraña película de terror. La historia funciona de principio a fin y viene a ser como "The Sixth Sense" de los ochenta.

Arremeter contra esta cinta se torna en sacrilegio cuando la se visiona con el ventajismo que aporta el tiempo. Toda la trama gira en torno a la mala suerte y al mal presagio que perdura durante los 103 minutos del metraje más pesimista de la historia del cine.

Aparentemente, el espectador asiste a un espectáculo de serie B con una dosis de parapsicología barata entremezclada con una buenísima fotografía de Mark Irwing y una digna banda sonora de Michael Kamen. Pero se está ante una pequeña obra maestra de David Cronenberg, basada en una historia de Stephen King.

La acción se desarrolla en un pequeño pueblo americano (típico de King). La película cuenta la historia de Johnny Smith, un maestro de escuela que en una noche de tormenta se estrella contra un camión en su automóvil. Él entra en coma y despierta para el mundo cinco años después.

Su vida ha dado un giro completo; su novia se ha casado y tiene un hijo, su madre ha muerto y sus piernas se hayan impedidas. Al recobrar su memoria genera una nueva conciencia capaz de ver el futuro cuando su cuerpo entra en contacto con artículos relacionados con otras personas, pudiendo cambiarlo dependiendo de su forma de actuar.

"The Dead Zone" narra, paralelamente, el ascenso político del senador Greg Stillson en las próximas elecciones, dejando patente la falsa idiosincrasia de este personaje.

Aunque esta cinta nos mantiene entretenidos con las diferentes aventuras parapsicológicas que descubre el inexperto personaje, todo acaba centrándose en la historia del senador, que termina siendo el epicentro de la película vinculando la vida de Johnny Smith a la del corrupto político.

La extraña paradoja resultante se podría resumir con una pregunta: ¿Matarías a Hitler si supieras de lo que iba a ser capaz? Con esta premisa, se debe afrontar la visualización de esta estupenda cinta que conjuga de una manera muy hábil diferentes géneros cinematográficos como la intriga, la ciencia ficción, los asesinos en serie, la política...

El trabajo de los actores resulta estimulante, con un gran Christopher Walken en el papel protagonista y un expeditivo Martin Sheen como político corrupto; sin olvidar a Brooke Adams, Tom Skerritt o Herbert Lom. Un buen reparto para una pequeña gran película.

Un último apunte curioso: En "The Dead Zone" se habla del cuento de Washington Irving, "Sleepy Hollow". Casualmente, Walken encarnó posteriormente al demonio de "Sleepy Hollow" en la versión que dirigió Tim Burton, y Sheen fue Presidente de Estados Unidos en la serie "El ala oeste de la Casa Blanca", cargo al que aspiraba su personaje en este filme.

Título original: "The Dead Zone". Título alternativo: "La zona muerta" y "Zona muerta". País y año: Estados Unidos, 1983. Director: David Cronenberg. Guión de: Jeffrey Boam, en base a una novela de Stephen King. Elenco: Christopher Walken, Brooke Adams, Tom Skerritt, Martin Sheen y otros.