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4 may 2012

"Cast a Deadly Spell" (1991): Cine negro con tintes fantásticos

Por Pedro Sala Jiménez
Escritor y crítico de cine
España

Philip Lovecraft, un detective privado en contra del uso de la magia, es contratado por un millonario para encontrar el Necronomicón. En su búsqueda, se enfrentará a una gárgola, a demonios, a gángsters y a zombis.

Producida por Gale Anne Hurd ("The Walking Dead") y dirigida por Martin Campbell ("GoldenEye"; "The Mask of Zorro"; "Casino Royale"), "Cast a Deadly Spell" (1991) es una película original que combina los géneros de cine negro y del fantástico. En esta cinta, aparecen habituales de la Serie B como Fred Ward, David Warner, Clancy Brown y una desconocida Julianne Moore.

El filme sabe introducir al espectador en el cine negro (el protagonista recuerda a Humphrey Bogart, hay réplicas cortantes, decorados de los años 40', cigarrillos, bourbon y mujeres fatales), así como en el género fantástico (duendes, unicornios, zombis, maldiciones, magia negra y el mundo creado por H. P. Lovecraft). Lo hace es gracias a su lograda puesta de escena, que combina ambos géneros y mezcla los clichés de dos mundos tan diferentes.

El verdadero acierto de "Cast a Deadly Spell" reside en que antepone el género de cine negro al fantástico. Por lo tanto, se está ante una película en el que el humo del tabaco y el alcohol están presentes del mismo modo que estaban en las películas clásicas como "The Maltese Falcon" (1941). Lovecraft recuerda a Sam Spade o personajes parecidos y todas las escenas empiezan o terminan con Fred Ward encendiéndose un cigarrillo.

Los diálogos, en su gran mayoría, resultan irónicos, pero con mucha chispa, convirtiéndolos en uno de los platos fuertes del filme. Abundan las salidas del tipo "He oído salir cosas más inteligentes de unos pantalones de pana".

En suma, esta película es una combinación de recursos cinematográficos, un grato homenaje a dos de los géneros más carismáticos del cine. Un filme modesto que desprende magia y honestidad. Una cinta de serie B con el objetivo de entretener y divertir, y que lo consigue.

Su éxito televisivo propició una continuación que sí se estreno en la gran pantalla. Pese a tener al cinéfilo Paul Schrader en la dirección, al mítico Dennis Hopper como protagonista y más medios para la producción, la película se estrelló en taquilla.
EL MOMENTO: El final. Aunque uno se imagina que va a pasar, el monstruo recuerda al mundo de Lovecraft y al no ser un efecto digital parece más real. LO MEJOR: La ambientación del largometraje. Encaja perfectamente en el año 1948, época en la que se sitúa al espectador. LO PEOR: El guión no sorprende nada. El hecho de ser una mezcla de todas las películas de cine negro hace que se sepa todo lo que va a ocurrir. Aunque aparezcan zombis, demonios o una gárgola, son situaciones que se han visto en cientos de filmes, como por ejemplo "The Roaring Twenties" (1939) o "The Big Sleep" (1946). LA FRASE: "Mi camisa está raída y mis zapatos necesitan lustre, pero no tengo una hipoteca sobre mi alma".
Dedico esta crítica a Eugenio Murcia,
fallecido en noviembre del 2011.
Sus géneros preferidos eran
el cine negro y el terror. 
Allá donde estés, espero que te guste.

Título original: "Cast a Deadly Spell". Títulos alternativos: "Hechizo letal" y "Lovecraft, hechizo mortal". País y año: Estados Unidos, 1991. Director: Martin Campbell. Guión de: Joseph Dougherty. Elenco: Fred Ward, David Warner, Julianne Moore, Clancy Brown y otros.

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