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26 mar 2012

"The Legend of the 7 Golden Vampires" (1974): Vampiros y artes marciales

Por Pedro Sala Jiménez
Escritor y crítico de cine
España

Antes de empezar a escribir la crítica de "The Legend of the 7 Golden Vampires" (1974) me gustaría dejar claro una cosa. En más de una vez se ha puesto en duda mis conocimientos cinematográficos por el mero hecho de que me gustan algunas películas cuya calidad está muy por debajo de lo que se considera buen cine. Ahora me hago una pregunta: ¿Qué tiene que ver el gusto personal con la calidad del producto final? (ya sea un filme, una serie, un documental o incluso un tipo de música). Hay cintas buenas que me gustan y otros no; también hay trabajos que son malos, pero que por cualquier motivo les encuentro algo especial y, en muchos casos, hay otros que los tiraría a la basura. Que te guste algo no quiere decir que tenga calidad, por eso, cuando alguien escribe una crítica sobre algo, primero, ha de entender de lo que habla, y, segundo, reconocer que es un producto mal hecho, pero que le gusta.

Digo esto porque una vez me preguntaron cómo podía gustarme "Lawrence of Arabia" (1962), "The Ghost and Mrs. Muir" (1947) o "12 Angry Men" (1957) y gustarme a la vez "City of the Living Dead" (1980), Suspiria (1977) y la película que se criticará a continuación.

Me considero lo suficiente culto para saber que los tres primeros títulos mencionados son obras maestras del cine y que las de terror son malas al lado de los clásicos. Claro que prefiero ver un filme de Fritz Lang, de Michael Curtiz o de Henry King antes que la filmografía de Lucio Fulci, George A. Romero o de Dario Argento, pero eso no quita que un mismo día vea "The Horse Soldiers" (1959), "Secret Beyond the Door" (1947), "Mio caro assassino" (1972) o "Non si sevizia un paperino" (1972).


Con "The Legend of the 7 Golden Vampires" me sucede algo parecido. Ya sea por la Hammer, por la presencia de Peter Cushing, por ese encanto de los 70', por la debilidad que tengo por la Serie B o por la fascinación que tengo por los filmes de artes marciales, le tengo tal cariño especial, que me divierto más con esta película que con "Transformers". Eso sí, reconozco que se está ante un bodrio infumable y un despropósito a gran escala.

En pleno apogeo de las películas de artes marciales, una Hammer en
absoluto declive económico y artístico, decidió juntarse con la Shaw Brothers para mezclar al conde Drácula y al profesor Van Helsing con el cine de puñetazos a destajo, patadas voladoras y vuelos acrobáticos.

A excepción de una fotografía bien cuidada del veterano John Wilcox ("Nightmare" y The Evil of Frankenstein, ambas dirigidas en 1954 por Freddie Francis) y de un vestuario diseñado por la especialista Chi-Yu Liu, poco, o casi nada, se salva de este producto que se estrelló en taquilla, adelantado, por otra parte, la defunción de la Hammer.

Del resto de la película no se salva nada. Nadie de los que participaron en este filme creyó en ella desde un principio. Dicha realidad se percibe a lo largo de sus noventa minutos en la dirección de Roy Ward Baker, que está más apagado que nunca; en el trabajo de Don Houghton, un guionista que no sé sabe bien por qué acabo escribiendo guiones para la Hammer; y en unos actores cuyos papeles son más de carácter alimenticio que por amor al arte.

A la negativa de Christopher Lee de volver a interpretar al conde Drácula (no me extraña, su guión era de juzgado de guardia), siguió con la equivocada contratación de un decadente John Forbes-Robertson. Finalmente se eliminaron casi todas sus escenas y su figura es casi anecdótica con algunos planos al principio y al final del filme.

El siempre genial Peter Cushing (¡cómo me gusta este actor!) y el director Roy Ward Baker fueron los representantes de la Hammer en tierras chinas; y David Chiang, una estrella del kung fu, de la productora oriental. Los tres estaban casi finiquitando sus carreras en ambos estudios, en donde se catapultaron a lo más alto y se encasillaron para siempre.

Ward Baker parece un ciego en mitad de la Gran Manzana de Nueva York. La película está mal dirigida, sin pulso narrativo (hay momentos de escenas de terror y, de repente, los protagonistas se ven envueltos en peleas con vampiros ninjas y zombis saltarines) y suficiente hace el veterano director intentando cumplir su contrato lo mejor que puede. Las peleas, que se supone que debían de ser el plato fuerte de la película, son bastantes espesas y sosas, un auténtico desastre. Hay momentos que uno sabe cual va ser el siguiente golpe porque el enemigo está posicionándose un segundo antes. Ni la contratación de Lau Kar Leung arregló tal despropósito.

Las estrellas de ambas productoras (Cushing y Chiang) cumplen con sus papeles. Se nota que son grandes profesionales que llevan media vida dedicándose a interpretar los mismos roles. Mientras Cushing solo saber mover una antorcha de izquierda a derecha y hablar más de lo mismo (que si el vampirismo es una plaga y cosas así), Chiang no para de dar patadas a mansalva, puñetazos de dragón y acrobacias imposibles. Lo increíble de todo esto es que la mezcla de kung fu y terror gótico hace perder un poco de gracia y ni siquiera a ellos parecen impresionarle la extraña fusión de oriente y occidente, haciendo de sus interpretaciones algo monótono.

De la puesta de escena es mejor ni hablar. Solo mencionaré que los murciélagos cantan por soleares (un dicho de mi país), las figuras de un belén son de todo a un euro (otra expresión de mi tierra), los efectos de las nieblas son cutres, la sangre hirviendo del caldero donde se sacrifican a las jóvenes parece gelatina y las armas que utilizan los chinos son de plásticos pintadas de plata.

Resumiendo, "The Legend of the 7 Golden Vampires" es lo suficientemente perjudicial para los que se consideran puritanos del cine, pero el descaro de tantas escenas malas, provoca que uno se ría al concluir el visionado de la cinta, dando la sensación de que, al fin y al cabo, no se ha perdido el tiempo debido al entretenimiento que despliega. Lo digo en serio: diversión asegurada.
EL MOMENTO: Cuando el "drag queen" Drácula se apodera del cuerpo del chino. Uno de los momentos más casposos que he visto en la historia de la Hammer. A DESTACAR: Aunque haga más de lo mismo y la edad no le permitiera hacer mucho más, destaco al genial Peter Cushing. Su mera presencia hace obligatorio el visionado del filme. LA FRASE: "Mi padre es, sobre todo, un antropólogo, y me temo que jamás ha cazado un vampiro". Después de ver a Cushing y a otros actores matando a vampiros a diestra y siniestra, dicha frase no tiene explicación y es un ejemplo del mal guión que escribió Don Houghton.
Dedicado a la joven Maeva.  Ignoro si le gusta
o no el género de terror,  pero le hacía tanta ilusión
que le dedicase una crítica, que no podía negarle ese placer.

Título original: "The Legend of the 7 Golden Vampires". Título alternativo: "Kung Fu contra los siete vampiros de oro". Países y año: Hong Kong y Reino Unido. Director: Roy Ward Baker. Guión de: Don Houghton. Elenco: Peter Cushing, David Chiang, Julie Ege,Robin Stewart y otros.

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