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3 ene 2012

La novela "The Body Snatchers" y sus adaptaciones cinematográficas

José Manuel Gomis Aracil
España 

"Invasion of the Body Snatchers" (1956), de Don Siegel, es la mejor muestra de cine de ciencia ficción de los años 50'. Una película que ha dado pie a tres remakes con diferentes resultados: la excelente "Invasion of the Body Snatchers" (1978), de Phillip Kaufman; "Body Snatchers" (1993), de Abel Ferrara; y por último la decepcionante "The Invasion" (2007), de Oliver Hirschbiegel.

"Invasion of the Body Snatchers"
(Don Siegel, 1956)

Es la primera de las cuatro adaptaciones cinematográficas del clásico de la ciencia ficción "The Body Snatchers", escrito por Jack Finney y publicado por primera vez en 1954 en la revista "Collier Magazine".

¿Es posible causar terror con una historia que se desarrolla enteramente de día? Evidentemente ésta sería una pregunta capciosa para los amantes del terror y lo fantástico.

En esta película, el espectador descubrirá cómo un subgénero cinematográfico puede nacer desde un guión bien ordenado y sin artificios. Un cuidado argumento da pie a este angustioso relato de terror que cuenta en primera persona el extraño comportamiento y la insólita duplicidad de identidades que alteran la vida de los habitantes de una localidad americana. Muchos de ellos tienen la sensación de que sus seres más queridos no parecen ser los mismos de siempre, aunque físicamente no se aprecien diferencias. Una especie de histeria colectiva parece haberse adueñado de todos. El protagonista, un médico de provincias, descubre unas misteriosas vainas y comienza la pesadilla. El preargumento vendría a ser una investigación costumbrista y natural dentro de lo que sería el exponente de la vida rural americana en los años cincuenta.

Ésta es la propuesta de este interesante guión. Lo antinatural de la situación es narrada desde el principio a través de un flashback, contado por el propio protagonista, el doctor Miles Bennell, que llega desquiciado a una ciudad previniendo a la gente y asegurando haber escapado de una apocalíptica amenaza en Santa Mira, pueblo donde ejerce profesionalmente.

La primera vez que la vi tenía ocho o diez años. Con el tiempo descubrí que era una de las mejores películas de la historia del cine y uno de los más logrados argumentos de intriga, misterio y terror.

La versión de 1956 arranca con un fuerte ritmo narrativo y no lo abandona hasta el final, dejando impronta de una manera de narrar que yo mismo he adoptado en mis relatos literarios con el propósito de agilizar los "misterios" argumentales y no aburrir con escaramuzas literarias al lector, dejándole entrar de lleno en la "materia".

La cinta es un reflejo del estilo de vida americano tras la Segunda Guerra Mundial. El personaje protagonista, médico rural, hace recordar ¿sospechosamente? al doctor Benjamin McKenna, interpretado por James Stewart en "The Man Who Knew Too Much" (1956), de Alfred Hitchcock. La protagonista femenina vendría a ser el resultado de una mezcla entre la típica mujer inmovilista y sumisa, y la rebelde divorciada que vuelve a su lugar de nacimiento y se encuentra con su antiguo amor y un problema de carácter inverosímil caprichosamente estrafalario. El logrado nexo de todas sus piezas, la historia, la atmósfera y los actores logran combinar una puesta en escena que encaja como un reloj, sugiriendo una armonía difícil de encontrar en una película de este género. Su breve duración, en la que hay tiempo para desarrollarlo todo, pasa por ser uno de sus principales logros.

El director de la cinta, Don Siegel, propone un ritmo perfecto y progresivo. El espectador no dejará de sorprenderse hasta el final, cuando todo lo propuesto anteriormente redunda en una pesadilla colectiva.

Esta cinta también es innovadora por otro motivo. Aunque la película pertenece al género fantástico, consigue prescindir de los tópicos del género, logrando todo con una sensación de puro terror sin tener que recurrir a ninguna escena de violencia.

El reparto, encabezado por Kevin McCarthy y Dana Wynter, contribuyó también al éxito de la película con creíbles y excelentes interpretaciones junto a unos convincentes secundarios. Don Siegel llegó a decir: "Un reparto de desconocidos, para lograr un mayor impacto en los espectadores, sin necesidad de que éstos tengan delante a una estrella famosa". Para amantes de las curiosidades, cabe citar que en la película aparece también el director Sam Peckinpah, amigo de Siegel, que también acabó realizando una de las revisiones del guión.

El final tiene un desenlace "inciertamente feliz", teniendo en cuenta que el peligro tiene la forma de unas vainas de las que salen réplicas perfectas de cuerpos humanos para que cuando las personas estén dormidos sean suplantadas, y al despertarse lo hagan en un mundo sin ningún tipo de emociones. Esto esconde una lectura en consonancia con los tiempos en los que se realizó la película, justo cuando la "caza de brujas” del senador Joseph McCarthy estaba haciendo estragos entre la población americana. El filme retrata a la perfección ese miedo colectivo de ser "contagiado" por el enemigo y que uno identifica con el "comunismo" de la tensa Guerra Fría que se vivió en aquellos años entre rusos y americanos.

Atención a uno de los planos finales del protagonista que, totalmente desquiciado, mira a la cámara y grita: "Tú serás el siguiente".

A modo de curiosidad, queda reseñar que Siegel prefería el título de "Sleep No More", mucho más adecuado y más sutil, aunque los productores se decantaron finalmente por el original considerando que daba la sensación al público de estar ante un filme más serio. No olvidemos que "Invasion of the Body Snatchers" es un filme de serie B. Además, el director prefería otro final, concretamente el que realizó Phillip Kauffman en su remake, y que es absolutamente inolvidable.

"Invasion of the Body Snatchers" 
(Phillip Kaufman, 1978)

"Invasion of the Body Snatchers" es más tensa y terrorífica. Si en la primera versión remitía a un terror más sociológico (casi esquizofrénico), aquí todo se muestra más visceral. Quizá el terror queda más actualizado consiguiendo identificar a los humanos ya transformados emitiendo un alarido gutural, más propio de una especie extraterrestre. Al parecer Phillip Kaufman siempre tuvo un as en la manga con su final; mucho más impactante que en la primera versión, pero menos explícito y complaciente. Esta adaptación del texto original de Jack Finney provoca más terror, aunque los puristas preferimos la de Siegel, reconozco que, cinematográficamente, esta es mejor versión, sobre todo por su final.

Que un remake sea la mejor película de toda la filmografía de un director no habla muy a favor de Phillip Kaufman, autor de este filme. Probablemente el otro gran aporte de este cineasta al mundo del celuloide sea la acreditación de la historia que sirve como base a Raiders of the Lost Ark (1981) de Steven Spielberg.

En esta versión, el espectador se encontrará artimañas políticas externas, con comunistas y pro americanos, la lucha por la vida de una especie contra otra es lo que la convierte en más terrorífica, es decir, una invasión escondida. La banda sonora de Denny Zeitlin, ofrece una tensión más proporcional con las imágenes y resalta de manera más inquietante los momentos de terror.

Un buen guión vuelve a ser la base de esta historia de terror. W.D. Richter hace un trabajo muy digno llevando la intriga hasta el límite.

Pero es en las interpretaciones donde se encuentra lo mejor de la película, en especial Donald Sutherland, que está inolvidable, y lo acertado del papel de Leonard Nimoy, de médico psicólogo, muy apropiado a su carácter de mirada fría y calculadora, que ya repitiera en un capítulo de la mítica serie televisiva de "Colombo", dejando impronta de su registro como villano; un jovencísimo Jeff Goldblum, y la protagonista, Veronica Cartwright, quizá en su papel más recordado junto con su aporte a "Alien" de Ridley Scott. Atención especial a los cameos de Rovert Duvall, Don Siegel y Kevin McCarthy.

Philip Kaufman consiguió hacer un buen remake aportando algo más sin estropear el original y éste es uno de los pocos casos en que se ha conseguido. Resulta también interesante la apreciación (muy de moda en los 70') que los extraterrestres no sean siempre seres monstruosos en platillos volantes, es posible que un organismo microscópico o bacteria desconocida se halle inerte en el espacio amenazando nuestro planeta para colonizarlo y acabar con nosotros.

Quisiera destacar, como colofón, lo acertado de lo bien adaptada que quedó la historia teniendo en cuenta las sociedades de distintas épocas en que están ambientadas estas dos primeras versiones.

"Body Snatchers"
(Abel Ferrara, 1993)

Tercera de las cuatro adaptaciones cinematográficas de este clásico de la ciencia ficción. "Body Snatchers" vendría a ser la utilización bélica del problema de suplantación de humanos y sus aplicaciones militares. Esta cuestión ya había sido contada en "Aliens" (1986) para refrendar un pobre guión de James Cameron y buscar una excusa para realizar un gran filme de acción. Aquí todo nos es revelado para contarnos la misma historia. El argumento aporta algunos detalles más terroríficos y recurre a la oscuridad como base fotográfica logrando un terror más artificial, pero no por ello menos terrorífico.

En base a su calidad, no se puede comparar esta versión con las dos anteriores aunque conserva la trama y la tensión no está a la altura.

Este filme de Abel Ferrara consigue rescatar el espíritu de sus antecesoras de una manera más belicista y actual para la sociedad de los años 80' y 90'. Las inquietudes de la época, como la carrera por el dominio de la genética, el uso de los campamentos militares americanos, el abuso de los virus como armas contra los enemigos, el control bélico del mundo y la disgregación familiar serían, en esta ocasión, la excusa de esta nueva y corta versión.

El guión, a cargo de Larry Cohen y Stuart Gordon, no llega a ser lo que aparentemente debiera, pero puede ser calificado de interesante y a ratos terrorífico, sobre todo al final. Un trabajo digno y sin complacencias.

En cuanto a los actores, no habría mucho que decir, reseñar la aparición de Forest Whitaker y de la atractiva Meg Tilly. Poco más... pero vale la pena revisarla.

"The Invasion"
(Oliver Hirschbiegel, 2007)

Esta versión promete nuevas peripecias a través de un guión que experimenta un cambio positivo y sustancial en su estructura, pero que se desvanece a partir del primer cuarto de la película. Sus diálogos parecen estar en consonancia con las versiones anteriores, pero carecen de originalidad desde la perspectiva de la ciencia ficción, aquí demasiado obviada. A pesar de todo, el interés se mantiene gracias a detalles de buena factura implícitos en la trama, aportando un poco de carácter a la película.

Todo resulta un tanto lineal, aunque el director consigue mantener el suspense lastrado por una dirección desinteresada y con poca pasión. El guión queda desaprovechado al no incluir en el argumento una atmósfera más terrorífica.

En cuanto a los actores, nada que descubrir. Nicole Kidman no brinda nada nuevo, quizá una de sus mejores actuaciones ya la ofreció en la película de terror "The Others" (2001), dejando huella del modo de actuar en este tipo de papeles. Daniel Craig apenas aparece en los 90 minutos del filme, quien acababa de firmar para interpretar a James Bond en "Casino Royale" (2006). Un papel que no consigue estar cerca de la categoría del actor.

La trama consigue aburrir con previsibles secuencias de acción, algo que acabará por hacer dudar del precio pagado por la entrada.

"The Invasión" no pasa de ser otra de tantas cintas flojas y evidentes en su contenido. Al final, uno termina pensando que si se hubiese acudido a directores y actores de calidad la película hubiera sido otra; o simplemente nunca se hubiera realizado.

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