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17 oct 2011

"The Incredible Shrinking Man" (1957): Otro valioso aporte de Matheson al cine de género

Por José Manuel Gomis Aracil
España

Cuando decidí comenzar a desarrollar mis primeros proyectos literarios, casi siempre estructuraba mis argumentos dando forma a las tres partes que componen un texto: planteamiento, nudo y desenlace. Estos conceptos tan básicos, que un escritor debe dominar, quedan en un segundo plano en esta obra maestra de la ciencia ficción, "The Incredible Shrinking Man" (1957), que fue escrita por Richard Matheson, autor también del guión de la película.

El filme comienza su narración sin explicarnos el cómo y el por qué, y lo acaba de igual modo. Todo lo que le sucede al protagonista queda narrado en una increíble historia a la que no le hace falta explicar motivos ni consecuencias, solo hacernos pensar en los resultados de reconocernos inmersos en una pesadilla consistente en ver reducido nuestro punto de vista con relación a lo que nos rodea, es decir, ir decreciendo físicamente con lo que ello conlleva.

La característica principal de esta pesadilla queda inmersa en la idea de lo infinito e impredecible que resulta vivir dentro de un mundo diferente conforme avanza el tiempo, acercándonos a paradojas sin caer en moralejas simplistas. El filosófico punto de vista del autor del texto y guionista, Richard Matheson, deja patente su intención desde el principio, acercando la curiosidad del lector, hacia las extrañas aventuras y patologías que experimenta el protagonista, Scott Carey, al ver como se reduce su cuerpo... o como se agranda lo que le rodea. Y es que en eso consiste la idea del escritor, en relativizar y transgredir todas las leyes que rodean a la energía y la materia que nos envuelve, condenando al protagonista a ser testigo de excepción de las múltiples realidades que nos depara el infinito del universo.

La película logra captar la idea principal y transporta al espectador, con maestría, hasta el extraño mundo del protagonista, que narra su aventura en primera persona.

El director Jack Arnold fue, en general, un cineasta voluntarioso y decidido en todas sus producciones de ciencia ficción de los 50', pero de escasa calidad. Hasta que un día apareció de guionista un señor llamado Richard Matheson.

Los planos y escenas, rodados en blanco y negro, acercan la pesadilla al espectador como nunca y refuerzan una historia a la que no le hace falta ningún efecto, solamente imaginación para discernir entre lo que es real y lo fantástico, que acaba por convertirse en realidad desde un punto de vista metafísico.

Arnold realizó una obra maestra del género jugando con los mismos conceptos que el autor del relato.

El argumento, de apariencia simplista, redunda en la recurrente historia de toda la ciencia ficción de los 50'. Scott Carey (Grant Williams) está con su esposa (Randy Stuart) pasando un agradable día en un barco. De repente, se acerca una niebla radioactiva y es envuelto por ella. Sin saberlo, esta exposición acaba provocándole problemas de estatura y peso. Pasan los meses y el protagonista descubre que todo su cuerpo está empequeñeciendo, por lo que es sometido a multitud de pruebas, llegando a la conclusión de que la niebla es la causante de su cambio de tamaño.

Después de poco tiempo, su cuerpo se va reduciendo hasta alcanzar unos pocos centímetros, lo cual altera su carácter y su forma de vivir. Durante el filme, Scott trata de superar los problemas que acarrea su pequeño tamaño, antes desconocidos para él.

Esta película pone en el centro de su metáfora la inevitable pregunta que se hace el hombre frente a la adversidad: "¿Quién soy?". La solución del protagonista es reinventarse ante su nueva realidad, sobrevivir a pesar de todo. Scott comprende la necesidad de trascender sus creencias, obligado a adaptar su mapa mental y enfrentarse a los peligros desde una nueva dimensión.

Algunas escenas como la de la araña quedarán grabadas para siempre en la retina del espectador. O la indefensión que causa el simple torrente de agua que en estatura normal no llegaría mucho más alto del tobillo.

"The Incredible Shrinking Man" podría haber sido únicamente una película atractiva y estimulante de género, pero contiene un acercamiento y reflexión acerca de la existencia y de la vida después de la muerte de una intensidad muy por encima de lo que es habitual, incluso en obras consideradas serias. Esa intención de presentar lo fantástico como algo más que mera diversión hedonista, convierte a esta cinta en una obra de arte con diferentes niveles de lectura, abierta a todos, desde los más jóvenes o triviales, a los más maduros e intelectuales.

Título original: "The Incredible Shrinking Man". Títulos alternativos: "El increíble hombre menguante" y "El hombre increíble". País y año: Estados Unidos, 1957. Director: Jack Arnold. Guión de: Richard Matheson, en base a una novela del propio Matheson. Elenco: Grant Williams, Randy Stuart, April Kent, Paul Langton y otros.

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