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26 abr 2011

Conociendo el cine giallo, un subgénero surgido en Italia


Por Santiago González
Argentina

Antes que nada es necesario aclarar que la palabra "giallo" significa amarillo en italiano y que ese nombre se debe a unas novelas de suspenso baratas, cuyas tapas eran de dicho color y que circulaban en Italia en la década del treinta. Al principio, éstas eran sólo traducciones de novelas de misterio de otros países, como Inglaterra. Con el paso del tiempo, autores italianos comenzaron a escribir sus propias historias que solían ser policíacas y cuyas portadas eran también de color amarillo. Sin embargo, con los años fueron desapareciendo hasta ser olvidadas.

En 1963, el director Mario Bava estrena su sexta película y la primera de este subgénero: "La muchacha que sabía demasiado" ("La ragazza che sapeva troppo"). Bava venía cosechando éxitos con su anterior largometraje "La máscara del demonio" ("La maschera del demonio", 1960) y decidió hacer una película con elementos de las novelas giallo, tales como una trama revoltosa que se solucionaba en los últimos minutos del metraje y un asesino que principalmente mataba mujeres.

La historia se centra en una muchacha que viajaba a la ciudad de Roma para visitar a su tía. Una noche su tía muere y ella, buscando ayuda, es golpeada en la cabeza desmayándose, pero antes de quedar inconsciente ve como alguien es asesinado. Al recobrar la conciencia, ella le cuenta a la Policía lo sucedido, pero nadie la toma en serio, excepto un doctor (John Saxon, quien actuaría en otro giallo, "Tenebre", y en varias películas de Freddy Krueger). Pronto descubren que hay un loco que busca a sus víctimas según las letras del abecedario y que ella se convertirá en la próxima.

"La muchacha que sabía demasiado" fue una película precursora, pero lamentablemente no tuvo ningún impacto.

Dos años más tarde, Bava volvió con el que se considera el primer giallo, "Seis mujeres para el asesino" ("Sei donne per l'assassino", 1964), en la que, en una casa de moda, las modelos empiezan a ser asesinadas por un hombre enmascarado. Esta cinta es recordada como la iniciadora del subgénero, ya que en ésta las características llegaron a flote. Pero nuevamente, y a pesar de las buenas recaudaciones, la película no tuvo impacto.


Durante los siguientes años, Bava seguiría metido en el cine giallo con películas como "Cinco muñecas para la luna de agosto" ("5 bambole per la luna d'agosto", 1970).

No fue hasta el finales de la década del 60 y principios de los 70 que Darío Argento popularizó este subgénero. Este joven venía de una familia que se dedicaba a las películas, su padre Salvatore era un productor importante. Los primeros recuerdos del muchacho siempre estuvieron ligados al cine.

Al principio, se dedicaba a escribir comedias italianas sin ningún peso hasta que tuvo la oportunidad de escribir la obra maestra del spaghetti western "Érase una vez en el oeste" ("C'era una volta il west", 1968). A partir de aquí, su carrera se dispararía.

El siguiente paso fue filmar su ópera prima. Argento tuvo la idea cuando Bernardo Bertolucci insistió que leyera la novela "The Screaming Mimi" de Fredric Brown. Los temas de ese libro ayudarían al director a idear el guión de "El pájaro de las plumas de cristal" ("L'uccello dalle piume di cristallo", 1970).

Al empezar la producción, el autor tuvo otro problema con el productor Goffredo Lombardo que odiaba lo que estaba filmando y quería cambiar al director. Afortunadamente, Argento logró quedarse, su ópera prima se convirtió en todo un éxito y el giallo comenzó a ser un subgénero a explotar.

Después de esa película, Dario Argento continuaría con "El gato de las nueve colas" ("Il gatto a nove code", 1971) y "4 moscas sobre terciopelo gris" ("4 mosche di velluto grigio", 1971), lo que conformaría una trilogía zoofílica.

Al estar de moda el subgénero, varios directores lo explotaron y en poco menos de cinco años se filmaron docenas de películas, muchas de ellas utilizando el esquema de Argento que consistía en que hubiera un animal en el título del filme como, por ejemplo, "Una lagartija con piel de mujer" ("Una lucertola con la pelle di donna", 1971) y "No torturen al patito" ("Non si sevizia un paperino", 1972), ambas dirigidas por Lucio Fulci; "Una mariposa con las alas ensangrentadas" ("Una farfalla con le ali insanguinate", 1971) de Duccio Tessari; "La tarántula del vientre negro" ("La tarantola dal ventre nero", 1971) de Paolo Cavara; entre otras.

Es importante agregar que 1971 fue el año del cine giallo por la abundancia de filmes que se realizaron, aunque irónicamente la mayoría de estos títulos tenían más que ver con el cine de Sergio Martino que con el de Dario Argento.

En ese entonces, ya se podía ver que el subgénero tenía sus características principales: violencia contra las mujeres; el criminal de turno que usa guantes negros (aunque en algunos casos varía su color) y que jamás utiliza un arma de fuego; los criminales tienen traumas del pasado, particularmente en la niñez; la Policía es ineficaz; el protagonista es un hombre común que debe llevar a cabo la investigación; y suelen aparecer maniquíes en las películas. Además, siempre se acentúa la sexualidad. También, estéticamente, hay una saturación de colores en donde predominan los rojos y azules oscuros y el abuso de los zooms. Sin olvidar, que el giallo tenía sus actores fetiches, en especial George Hilton y la reina de este subgénero, Edwige Fenech.

Dario Argento volvió al subgénero que lo hizo famoso con "Rojo profundo" ("Profondo rosso", 1975), en la que un pianista ve el asesinato de una mujer y decide descifrar quién fue el asesino. En el guión colaboró Bernardino Zapponi, quien trabajó con Federico Fellini en "Roma" y "Satyricon". A pesar que fue un gran éxito en Italia (inclusive tuvo mas éxito que "Suspiria", su obra maestra), el giallo fue perdiendo popularidad debido a la abundancia de títulos que se estrenaban incesantemente.

Fue también Argento quien dio por muerto el subgénero con su película estrenada en 1982, "Tenebre", en la que un escritor investiga varios asesinatos cometidos por un fan que copia las muertes de sus libros. A partir de ahí, el subgénero se extinguiría, excepto por Lucio Fulci quién dirigió, ese mismo año, otra película giallo y controversial "El descuartizador de New York" ("Lo squartatore di New York", 1982), en la que un psicópata, que habla como el pato Donald, asesina de forma sexualmente aberrante a bellas mujeres.

Hubo algunos intentos de giallos en las décadas siguientes, pero pasaron con más pena que gloria. También se ve su influencia en muchas películas como, por ejemplo, en la primera parte de "El juego del miedo" (en la que el asesino usa guantes negros y los asesinatos son exagerados) o en "Viernes 13" (que tiene claras influencias). De hecho, el slasher fue la respuesta norteamericana al giallo hasta que ambos se fusionaron como demuestra Argento en sus últimos trabajos.

El giallo aún no murió, solo se mezcló con otros géneros y ocasionalmente alguien hace una nueva película.

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