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9 jul 2012

"Murder by Death" (1976): La sutileza del spoof en su máxima expresión

Por Pablo Cardozo Di Lorenzo
Uruguay

El spoof (parodia) se podría catalogar claramente como uno de los más diversos, amplios y heterogéneos géneros cinematográficos. Nacido desde la cuna del génesis del séptimo arte, la parodia o sátira, sutil, punzante o mordaz ha rozado un sinfín de películas.

En sus comienzos, el spoof fue claramente representado por comediantes mediante sketches que, utilizando diferentes métodos, desde la sutileza picaresca, la exageración de situaciones y, muchas veces, hasta lo grotesco, parodiaban o se mofaban de filmes cuya respetabilidad era innegable. En ese entonces el spoof era considerado por muchos una exaltación cómica y no obtenía el lugar o nicho en el cual lenta pero firmemente se fue desarrollando.

El humor es algo esencial en este género, sin el la parodia o sátira en sí misma resultaría y devendría en algo inexistente. Y es este el principal objetivo del mismo: provocar humor (de cualquier tipo). El humor es utilizado de múltiples maneras, lo que hace al género más rico aún (aunque muchos "críticos respetables" no lo vean así y consideren al spoof como una burla de la cinta o género original, lo cual es cierto a medias). Sí, es una burla, pero se caería en un gravísimo error subestimarlo. Hay que detenerse en películas variadas. Y aquí es donde se encuentra la más variada gama de películas que fueron parodiadas de maneras inimaginables por cineastas que le imprimieron un sello propio.

No todos los spoof merecen un reconocimiento como "buenos filmes" (aunque esto es puramente subjetivo). Durante años el público ha disfrutado al máximo con ellos; y muchas veces ha padecido grandes decepciones. A continuación, se rescatarán algunos títulos a modo de breve introducción.

Desde comedias como "It's a Mad Mad Mad Mad World" (1963), de Stanley Kramer, utilizando las road movies como eje central; pasando por "Airplane" (1980), de Jim Abrahams y Jerry Zucker, ridiculizando al máximo los filmes de cine catástrofe que tan en boga y populares eran en los años 70' (en este caso "Airport"); hasta los clásicos y serios filmes de espías y contaespionaje (como olvidar a Don Adams como el Superagente 86 Maxwell Smart). También hay que destacar a "Austin Powers: International Man of Mystery" (1997), de Jay Roach, llevando al enjuto y sexy personaje de James Bond a límites insospechados; o las torpezas ya legendarias de Leslie Nielsen en "The Naked Gun: From the Files of Police Squad!" (1988)  y sus secuelas; así como a un joven Charlie Sheen en "Hot Shots!" (1991) y su graciosa imitación del recio John Rambo.

El cine de horror no podía quedar ausente, y quizás su más cruda, políticamente incorrecta y explícita expresión llego en el año 2000, cuando los hermanos Wayans (Marlon y Shwan en actuación, y Keenan en dirección) presentaron al mundo "Scary Movie", el epitome del spoof aggiornado a estas épocas. La película se transformó en un filme de culto (generó diversas secuelas) y, utilizando el horror noventoso como "Scream" 1996), de Wes Craven, y "I Know What You Did Last Summer" (1997), de Jim Gillespie, fusionó también el espíritu del slasher de los 80'. Acá no faltaron las bromas crudas, el sexo preponderante, los estereotipos adolescentes y hasta cierta vulgaridad entre otros clichés. Aún así, "Scary Movie" ofrece al público algo más de lo meramente proyectado en pantalla. En sus secuelas, se apoyó en innumerables clásicos del horror, desde "The Exorcist" (1973), hasta "Ringu" (1998), dando explícitamente un guiño a los espectadores fanáticos del género, ya que, de manera obvia, reconocerán escena tras escena de innumerables cintas.

El whodunit como género literario obtuvo su máxima expresión cuando su figura más emblemática lo popularizó. La británica Agatha Christie fue y es aún hoy la eximia representante de las novelas detectivescas y policíacas de todos los tiempos. En su narrativa sumergió al lector en un mundo único en donde los personajes convivían con el misterio, el suspenso, el asesinato y la muerte. Hay muchos ejemplos anteriores y posteriores, desde Sir Arthur Conan Doyle, Rex Stout, John Saul y Edgar Allan Poe, por nombrar solo algunos referentes. El "who done it?" o "¿quién lo hizo?" se transformó en una clase única y su paso a la pantalla grande fue por demás interesante, enriquecedora y vasta, con muchas y serias adaptaciones cinematográficas.

Es aquí donde se encuentra "Murder by Death" (1976), una película de 1976 dirigida por Robert Moon, responsable del excepcional drama teatral "Boys in the Band", que luego fuera llevado a la pantalla grande por William Friedkin, director de "The Exorcist" y "Cruising". Por su parte, el guión estuvo a cargo del genial Neil Simon, autor referencial estadounidense responsable de éxitos como "Barefoot in the Park (1967)", "The Odd Couple" (1968), "California Suite" (1978) y "Lost in Yonkers" (1993).

"Murder by Death" lleva al extremo la sutileza y la sofisticación de la parodia y la sátira hasta extremos insospechados, elevando el material a un superlativismo soberbio.

La historia gira en torno al excéntrico multimillonario Lionel Twain, quien invita a su suntuosa y algo siniestra mansión, alejada de toda urbe, a los cinco mejores detectives del mundo para pasar un fin de semana allí. La propuesta es una especie de juego de inteligencia. Se cometerá un asesinato (¿o no?) y el que lo resuelva ganará un millón de dólares. El señor Twain es asistido por un fiel mayordomo ciego.

El ensamble incluye a Sam Diamond y a su secretaria y amante, la señorita Skeffington; al francés Milo Perrier y su ayudante y chofer Marcel; Sydney Wang y su hijo adoptivo Willie; la señorita Marbles acompañada por su anciana enfermera; y el matrimonio compuesto por Dick y Dora Charleston. A este grupo, se le suma una mucama muda y sorda.

Los avezados sleuths deberán enfrentar diversas trampas, físicas y psicológicas y utilizar toda su astucia para resolver el misterio. Todo ávido conocedor del género reconocerá inmediatamente a cada uno de los personajes parodiados. Esta satirización de los actores es magnífica. Cuanto más sepa el espectador del whodunit y de las ya mencionadas clásicas novelas de misterio, éste podrá deleitarse con la dramatización presentada y exhibida en pantalla. Y si alguno se pierde algún detalle, no importa, el deleite estará presente sin dudas.

El "¿who done it?" o "¿quién lo hizo?" será una pregunta que los lectores de "TERRORÍFILO" deberán de responder arriesgando hipótesis y aventurándose y sumergiéndose en el misterio y la comicidad reinante. La formalidad del género, aunque presente, queda prácticamente anulada porque el humor, como se mencionó anteriormente, es lo imperante.

Hay dos puntos que se debe destacar ampliamente en esta película. El primero es el excelente guión de Neil Simon: agudo, punzante y con clase; las bromas son inocentes pero seguras. Los diálogos rápidos y furiosos son combinados con momentos de comedia física y de errores gramaticales y de pronunciación. Escrita evidentemente para complacernos, esta brisa agradable que le imprime Simon es esperada, pero no desconocida en él, ni en su impronta como eximio escritor teatral, acá jugando con un guión cinematográfico, provocando genuinas risas a la audiencia. El segundo, el increíble cast de actores de primera línea que completan el elenco.

"Murder by Death" se destaca por tener a algunos de los más eximios comediantes en la historia del cine, aunque muchos de ellos se han destacado, además, en increíbles papeles dramáticos. 

Peter Sellers y su legendario legado en "The Pink Panther" como el Inspector Clouseau y su impactante actuación interpretando al actor indio Hrundi Bakshi en "The Party" (1968) son solo algunos ejemplos de su potencial histrionismo. Eileen Brennan interpretaría, años después, a Mrs. Peacock en un filme similar, "Clue" (1985), basado en el juego de mesa. El actor británico Alec Guiness es la gran revelación como el mayordomo no vidente; su interpretación es formidable.

Por su parte, David Niven y Maggie Smith volverían a trabajar juntos dos años después como el Coronel Race y Miss Bowers en un whodunit mucho más serio, la visualmente suntuosa e increíble producción "Death on the Nile" (1978), de John Guillermin, acá personificando a la perfección a una pareja de snobs ingleses. 

James Coco se deleita con su rol del detective belga Perrier, un claro homenaje a Monsieur Hercule Poirot, creación de Agatha Christie, al igual que la veterana Elsa Lanchester y su rol de Miss Marbles, haciendo alusión a Miss Marple, también creación de la escritora británica (no hay que olvidarse a una jovencísima Lanchester en el clásico "The Bride of Frankenstein" y "Witness for the Prosecution", también obra de Christie). Peter Falk deleita con un recio e irónico Sam Spade, personaje distinto a su clásico Columbo. Y finalmente la participación especial de uno de los escritores norteamericanos más emblemáticos de todos los tiempos, Truman Capote, autor de "In Cold Blood", que en sus breves escenas se luce como nunca. Todo el resto del elenco apoya con dignidad una obra magistral.

En resumen, "Murder by Death" provee lo que todo amante del género del suspenso y misterio espera, sabiendo que es una sátira o parodia con sarcasmo e ironía que le otorga inteligencia y solemnidad y una gran vuelta de tuerca haciendo que el filme mantenga y proyecte una naturalidad hilarante, divertida y entretenida en extremo. Uno de los mejores spoofs de la historia. Excepcional.

Título original: "Murder by Death". Títulos alternativos: "Crimen por muerte" y "Un cadáver a los postres". País y año: Estados Unidos, 1976. Director: Robert Moon. Guión de: Neil Simon. Elenco: Peter Sellers, David Niven, Maggie Smith, Peter Falk, Truman Capote y otros.

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