Pages

22 may 2012

"El espinazo del diablo" (2001): Cicatrices espectrales

Por Alejandro Ramírez Flores
México

Guillermo del Toro ("Mimic"), director mexicano insignia del cine de terror y fantasía de la última década, se aleja de los bichos retratados en sus primeros trabajos para penetrar en "El espinazo del diablo" (2001), su tercer entrega, en el oscuro y caótico episodio histórico conocido como Guerra Civil Española, durante el año 1939.

El cineasta no lo hace desde los distintos frentes de batalla entre republicanos y nacionales, sino que parte de un microcosmos ubicado en un orfanato que alberga a los hijos de los combatientes de extraccíón izquierdista. Es a dicho lugar al que llega un pequeño de nombre Carlos, y en el que es dejado por sus acompañantes sin sospechar que ése se convertirá en su nuevo hogar.

En medio de la nada, a un día de camino a pie del pueblo más cercano, este refugio aparece como un objeto ajeno al árido panorama a su alrededor, dando cobijo a un grupo de infantes varones y unos cuantos adultos que se encargan de su cuidado y educación. Carmen (Marisa Paredes de "La piel que habito") es la administradora, junto con el Dr. Casares (Federico Luppi de "Cronos"), su mano derecha y el médico del hospicio. Ambos veteranos profesores están dedicados a velar ahora por el bien de estos niños (parafraseando al personaje femenino: "Son rojos cuidando hijos de rojos").

Como bien se puede suponer, no sólo los vivos habitan aquí; entre los niños corre el rumor de que hay un fantasma que mora por los pasillos, y al cual Carlos cree haber visto o al menos escuchado durante la primera noche de su estancia. Pero hay peligros más inmediatos para los prepubertos, como el ser sorprendidos fuera del dormitorio por Jacinto (Eduardo Noriega de "Tesis"), un joven hombre quien siendo niño estuvo internado ahí mismo como uno más de los huérfanos, y quien hace poco regresó para trabajar en el lugar y vigilar a los críos, más no por empatía, sino con una secreta intención que nada tiene de desinteresada ayuda.

En el contexto en el que se maneja la cinta, apenas se puede echar una mirada a los estragos bélicos que asolan la región; pero se ve lo suficiente para saber que a los adultos poco les preocupan las apariciones y suspiros nocturnos cuando el latente peligro de caer en manos del enemigo los mantiene intranquilos. Así es que a través de Carlos, el más allá se aparecerá de cuerpo presente, probando así la valentía de niño y la pureza de su corazón.

Un lienzo fílmico salpicado de melancolía, terror gótico, desesperanza e infantil curiosidad. "El espinazo del diablo" es una película que toma su nombre tanto del padecimiento físico medicamente conocido como espina bífida (malformación en las vértebras de la columna vertebral y que antes de los avances científicos era atribuída al mal obrar moral de los padres de la criatura); como también evoca la agreste zona de la Sierra de Alcubierre donde los combatientes republicanos y sublevados se batían a muerte en ese entonces.

Narración de una patria en guerra, de un país dividido por ambiciones y traiciones, que lleva a cuestas sus demonios ideológicos y sus almas en pena. Del Toro acompaña al espectador a visitar los tétricos rincones de este apartado sitio que está bajo la omnipresente sombra de la aniquilación caída desde los cielos, enclaustrados ahí donde la sed de justicia no se termina de ahogar nunca y donde los espantos dejan su huella y miran desde la distancia dejando escapar el aliento para hacer sentir su presencia, manando por esa herida que nunca deja de sangrar, llamando pausadamente desde la eternidad.

Título original: "El espinazo del diablo". Título alternativo: "The Devil's Backbone". Países y año: México y España, 2001. Director: Guillermo del toro. Guión de: Guillermo del toro. Elenco: Marisa Paredes, Eduardo Noriega, Federico Luppi y otros.

0 comentarios: