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30 abr 2012

"The Innocents" (1961): Poca sangre y mucho talento

Por Juan Martín Staffa
Argentina

En una década gloriosa para el terror inglés, "The Innocents" (1961) probablemente sea uno de los filmes más olvidados de los '60. En medio de la euforia por la vuelta de los monstruos clásicos de la mano de Hammer Films, esta austera película en blanco y negro quedó bastante relegada de la atención del público, aunque no de la crítica, que la favoreció con dos nominaciones a los premios BAFTA e incluso una nominación a la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Esto tiene su lógica dado que es una propuesta sin una gota de sangre en la que prima la construcción de los climas de suspenso desde una perspectiva cinematográfica que roza lo moderno.

Miss Giddens, interpretada por la hermosa actriz escocesa Deborah Kerr, es una joven institutriz cuyo primer trabajo consiste en cuidar de forma permanente de Miles y Flora, dos niños huérfanos y solitarios, quienes residen en una enorme mansión inglesa junto a varios sirvientes. Todo marcha perfectamente, pero la alegría y el placer de lo cotidiano comienzan a ser sacudidos por la intromisión de lo que Giddens cree que son malévolos espíritus.
 
A simple vista, "The Innocents" es una tradicional historia de fantasmas, pero el guión de William Archibald y Truman Capote –el legendario autor de "A sangre fría"–, basado en el clásico "Una vuelta de tuerca" de Henry James, juega inteligentemente con temas delicados para la época como el incesto, la pedofilia y el maltrato de menores.

Claro que el guión no es el único punto fuerte del filme. Detrás de cámaras, hay un inteligente director como Jack Clayton, quien luego dirigiría otro gran exponente del género como "Something Wicked This Way Comes" (1983). La dirección de los niños actores es superlativa. Y la austeridad de la puesta en escena, con un blanco y negro en el que predomina el claroscuro, suma tensión a las situaciones que se desarrollan y contribuyen al tono pesadillesco de la cinta. Esto es, sin duda, un mérito indiscutible del maestro de la fotografía Freddie Francis, quien luego repetiría una estética muy similar con "The Elephant Man" (1980), del gran David Lynch.

La dirección de arte es otra clave del filme. La imponente mansión donde transcurren las acciones no se parece en nada en su exterior al castillo del Drácula de la Hammer, pero sus recovecos, escaleras y amplios pasillos internos, sumados al estilo fotográfico de la película, dan un toque tétrico a la historia que remite a los clásicos del Expresionismo alemán de los años '20.

Más de 50 años después de su estreno, "The Innocents" permanece como una joya del cine de terror que no sólo se ha convertido en un clásico de culto desde el surgimiento del DVD, sino que también ha servido de inspiración para la labor de varios cineastas en las últimas décadas. "The Others" (2001), de Alejandro Amenábar, o la reciente "The Woman in Black" (2012) fueron claramente influenciadas por esta obra. También se pueden ver algunos toques de terror sobrenatural que luego se verían en "The Exorcist" (1973), y recursos cinematográficos utilizados un par de décadas más tarde por John Carpenter, por ejemplo.

"The Innocents" es una gran película de terror que ningún fanático puede dejar pasar. Los años pasan, pero el filme sigue vigente gracias a una factura técnica muy cuidada al servicio de una historia atractiva, brindando un producto estético refinado y entretenido. Un ejemplo perfecto de que se puede hacer buen cine y al mismo tiempo terror sin derramar una gota de sangre.

Título original: "The Innocents". Título alternativo: "Suspense". País y año: Estados Unidos y Reino Unido, 1961. Dirección: Jack Clayton. Guión de: William Archibald y Truman Capote, en base a una novela de Henry James. Elenco: Deborah Kerr, Peter Wyngarde, Megs Jenkins, Michael Redgrave, Martin Stephens y otros.

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