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27 ene 2012

"What Ever Happened To Baby Jane?" (1962): Duelo de serpientes

Por Pablo Cardozo Di Lorenzo
Uruguay

Los años 70' se vio engalanada por dos producciones dirigidas por Robert Aldrich y protagonizadas por tres de las más talentosas y brillantes estrellas del cine. Esta década también dejó al descubierto dos realidades indiscutibles: la primera, la semi venerable ancianidad de estas actrices, en alguno de los casos ya maduras (lejos se verá la belleza de otrora); y la segunda, la reafirmación del talento histriónico y el valor actoral que las caracterizó desde su temprana juventud.

"What Ever Happened to Baby Jane" (1962), estelarizada por Bette Davis y Joan Crawford, y su secuela "Hush... Hush, Sweet Charlotte" (1964), con B. Davis y Olivia de Havilland, marcó una época en la que actrices de renombre y fama mundial volcaban en estas cintas capacidades actorales intactas, demostrando que, en un Hollywood donde la belleza femenina y la eterna juventud es casi excluyente, todavía hay cabida para el verdadero y real talento más allá de la edad.

Por supuesto que no todo pasa por lo generacional. Estos dos filmes fueron precursores de una estética distinta, cuasi teatral, en donde la historia, llena de crudeza y escabrosos sentimientos, hacia descollar mediante un hábil libreto a mujeres de características y backgrounds diversos.

Davis fue siempre un torbellino de locuacidad, cuyos gestos exagerados, a veces fríos y calculados, guiños y miradas de soslayo se convirtieron en su marca de fábrica y su reputación de robar escenas a sus compañeros más su innegable talento fue siempre evidente ("Dangerous", "Jezebel", "The Little Foxes", "All About Eve" son solo algunos ejemplos). Por su parte, Joan Crawford se distinguió por su habilidad nata y belleza única. Su vida privada se vio reflejada en la luz pública con la novela y subsecuente cinta "Mommie Dearest", escrita por su propia hija Christina, quien la describía como una mujer extremadamente egocéntrica, vanidosa, abusiva y cruel. En cambio, Olivia de Havilland, con un perfil mucho más tranquilo, destiló inocencia y al mismo tiempo coraje al demandar a los estudios roles que demostraran su habilidad actoral (lejos quedaría la dulce Melanie Hamilton de "Gone with the Wind", y llegarían las excelentes "To Each His Own", "The Snake Pit" y "The Heiress") y es hoy en día, a sus 95 años, quizás la máxima exponente del cine dorado de Hollywood, una verdadera leyenda viviente de la cinematografía mundial.

Es importante destacar que la película "What Ever Happened To Baby Jane?" se divide cronológicamente en tres etapas bien diferenciales.

La primera transcurre en 1917, en un teatro repleto de público, donde una encantadora niña de rizos dorados interpreta una serie de sketches, canciones y monólogos ante la mirada de su padre y mentor, mientras que tras de escena, su madre y su hermana cumplen el rol de meras espectadoras. Baby Jane es una chiquita en ascenso, una revelación infantil que promete enamorar a audiencias con su innegable carisma (inclusive venden muñecas a medida, réplica exacta de la niña), a pesar de ser consentida y un tanto malcriada. No obstante, tiene todo para lograr ser una gran estrella en un futuro cercano. Su hermana Blanche, por el contrario, se ve retraída y aunque no lo demuestra se siente apabullada por el éxito y suceso de la otra. Su madre la consuela expresándole que confíe en que el día de su triunfo artístico llegará.

La segunda etapa se desarrolla en 1935. Las niñas son ahora jóvenes y atractivas actrices. La gran diferencia es que Blanche Hudson posee lo necesario para ser una verdadera revelación mundial: posee una habilidad nata para la actuación, belleza física y los directores y los estudios parecerían adorarla. Baby Jane, por el contrario, es relegada, evidenciando que sus días de suceso y éxito infantil definitivamente han terminado.

El tercer momento cronológico del filme está precedido por un breve escena en donde se ve la silueta de una mujer conduciendo un auto y provocándole a otra un accidente.

Nuestras protagonistas se encuentran en la época actual. Las hermanas Hudson viven juntas en un típico suburbio californiano. Su casa es grande y confortable, y desde sus ventanas se pueden observar las hermosas colinas de Hollywood en el más paradísiaco atardecer. Lamentablemente no todo es felicidad y armonía en esa casa... todo está muy lejos de serlo.

Los años pasaron y cobraron vilmente su venganza. Blanche está confinada a pasar sus días en una silla de ruedas, viendo su vida (personal y profesional) limitada de una manera insoportable. Sus atesorados recuerdos y las propias películas estelarizadas por ella años antes, que de tanto en tanto vuelve a mirar, son casi el único motor de su existencia. Es débil, confiable e insegura, aunque determinada, aún más allá de sus propias posibilidades. Todo sería más fácil si no viviera junto a su hermana Jane. 

Baby Jane Hudson es la imagen total de la pura decadencia. Los celos enfermizos, su comportamiento adictivo y sádico han marcado y sesgado por siempre a una mujer que no siente pasión por nada en el mundo, a no ser por las añoranzas (y futuros proyectos inconcretables) de su estrellato infantil.

El filme comienza a presentar una trama en donde los espectadores descubrirán rápidamente que la rivalidad entre en hermanas sirve como excusa para el desarrollo de un cuento perturbador donde el horror y situaciones escabrosas se presentan en hechos cotidianos: desde pequeñas peleas físicas, la exageración apabullante de despotismo y la extralimitación ostentosa del abuso psicológico constante de los intérpretes. Una, pura representación de la dignidad mancillada, pero honradez y buen juicio inquebrantable; la otra, reflejo común de las miseria humana cubierta por un velo de maquillaje blanco y labios oscuros.

La repugnancia y el atónito pavor reflejado en el rostro de Crawford al observar que su cena es una rata muerta y colocada artísticamente como plato principal en una lujosa vajilla; las risas desfachatadas y crueles de Davis al mirar a su hermana horrorizada y experimentando máximo placer por tener el total control de la situación... la aísla del mundo, pero no de la realidad, sus manipulaciones cotidianas, chantajes y recriminaciones del pasado son charlas comunes.

Los diálogos simples, pero bombásticos, que van y vienen sin cesar acentúan aún más la dicotomía de las protagonistas. Esto permite que el espectador se deleite con increíbles y teatrales escenas de peligro y de total regocijo (el filme si bien es algo claustrofóbico, nunca es denso; "Misery", de Rob Rainer, es otro buen ejemplo).

Solamente un puñado limitado de personajes son introducidos también en la historia: Elvira, la fiel ama de llaves; una simpática vecina, la señora Bates, y su hija adolescente Liza; y Edwig Flagg, un oportunista obeso que, conjuntamente con su madre, no poseen ninguna moral ni escrúpulos. Cada uno de ellos jugara un rol esencial en los sucesos a devenir.

Como olvidar el desgarrador intento de Blanche al bajar la enorme y zizgagueante escalera para poder acceder al teléfono para hablar con su medico. Joan Crawford utiliza su bello rostro, así como su cuerpo, para transmitir espasmos de agonía, miedo y pánico mientras se arrastra por el piso hasta alcanzar el teléfono en una soberbia toma. Y como no recordar la brutal respuesta de Bette Davis a la misma.

Escuchar cantar a Davis la canción de niños "I Have Written a Letter to Daddy", vestida de niña con todo ese maquillaje exagerado, enalteciendo aún más su rol, como lo hacia hacer en su época de apogeo infantil... y luego en un momento de sobriedad, ver su propia imagen reflejada en el espejo, la pura realidad de lo que se ha transformado, una patética anciana cubriéndose el rostro con rechazo y horror de sí misma al contemplarse en ella una especie de Medusa. Y esto es lo que hace que ni Jane ni subsecuentemente Blanche, sean pinceladas como personajes unidimensionales, por más que ciertas características de personalidad lo demuestran.

La superlativa escena descrita anteriormente hace reflexionar cuan compleja es la psiquis del ser humano; por un lado, Jane Hudson parece vivir en un mundo de fantasía irreal en donde en su delirio continúa siendo do la niña que todo quieren y no tiene ningún tipo de remordimiento ni se arrepiente de tratar de forma inhumana a su hermana Blanche. Pero en esta escena se puede llegar a casi comprender y simpatizar con una mujer que convive con una frustración devastadora "de nunca haber podido llegar a ser". Esa simbiosis, mostrando carácter y al mismo tiempo debilidad y cierto dejo de ambigüedad en las protagonistas, es lo que hace a esta película única.

La historia prosigue hasta desembocar en una situación insostenible. Blanche, determinada, decide vender la propiedad, debido a que inexplicablemente se han gastado grandes sumas de dinero (gracias a los excesos de Jane). Ésta se opone y contrata a Edwig, un oportunista sediento de poder, quien se presta como profesor de piano para un futuro nuevo espectáculo que Jane está convencida reavivará su ya olvidada carrera. Edwig rápidamente aprovecha la vulnerabilidad de la anciana y acepta.

Varias vueltas de tuercas, ciertas escenas de pánico y horror, hasta llegar al clímax donde una sorprendente revelación es lo que prosigue y deja la descubierto un secreto oculto que, de haberse sabido, la realidad de las hermanas Hudson y su fin hubiera sido muy distinto. Los secretos familiares dicen que son los mejores guardados, atesorados, olvidados en la memoria o simplemente enterrados... y son estos recuerdos los que muchas veces persiguen a las personas de por vida.

Sin dudas, "What Ever Happened To Baby Jane?" es un filme dedicado y visionado para ser interpretado por dos grandes. ¿Por qué? Porque es innegable el déjà vu que se tiene al deleitarse con una buena obra de teatro (¿por qué no hay obras de horror en la cartelera teatral uruguaya? Siempre me he hecho esta pregunta). Y como en teatro, en esta cinta se ven largas escenas en donde su director, Robert Aldrich, explota al máximo la vulnerabilidad de ambas actrices. Escenas que están meticulosamente estructuradas para que la estática presentación recaiga en la locuacidad y manierismos de las protagonistas sin cortes, dando precisión y balance emocional y técnicas de cinematografía que va desde cámara fija, cámara en mano, diferentes puntos de vista según la perspectiva del personaje y handycam.

Bette Davis y Joan Crawford están perfectas en roles duales, más allá de su total incompatible relación. El filme posee un sólido guión de Lukas Heller, una exquisita cinematografía y una acertadísima visión de Robert Aldrich para crear una atmosfera única en la que se desarrolla esta peculiar historia protagonizada por dos actrices de fuste. Altsímamaente recomendada.

Título original: "What Ever Happened To Baby Jane?". Títulos alternativos: "¿Qué pasó con Baby Jane?" y "¿Qué fue de Baby Jane?". Director: Robert Aldrich. País y año: Estados Unidos, 1962. Guión de: Lukas Heller, en base a una novela de Henry Farrell. Elenco: Bette Davis, Joan Crawford, Victor Buono, Maidie Norman y otros.

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