Por Pedro Sala Jiménez
Escritor y crítico de cine
España
Londres, 1888. La capital del Imperio Británico se encuentra aterrorizada debido a que Jack el Destripador está asesinando en el barrio de Whitechapel. Los vecinos, al ver que la Policía es incapaz de hacer nada, contratan a Sherlock Holmes para que descubra la identidad del asesino. Lo que no sabe el genial detective es hasta qué altos estamentos llegará su descubrimiento.
Londres, 1888. La capital del Imperio Británico se encuentra aterrorizada debido a que Jack el Destripador está asesinando en el barrio de Whitechapel. Los vecinos, al ver que la Policía es incapaz de hacer nada, contratan a Sherlock Holmes para que descubra la identidad del asesino. Lo que no sabe el genial detective es hasta qué altos estamentos llegará su descubrimiento.
Muchos han sido los que han preguntado la razón por la que Arthur Conan Doyle nunca escribió una novela que enfrentara al detective más importante de todos los tiempos frente al psicokiller más famoso de la historia. Más aún cuando las aventuras del detective y los brutales crímenes fueron contemporáneos. Sea cual fuere el motivo, el cine sí ha dado esa oportunidad en dos ocasiones: "A Study in Terror" (1965) y "Murder by Decree" (1979).