Uruguay
Mucho antes de que Mary Shelley revolucionara la literatura fantástica, de horror y ciencia ficción con su obra "Frankeinstein: The Modern Prometheus", allá por fines del siglo XVIII, no era para nada nuevo el cuestionamiento del hombre sobre su ilimitado delirio de poderío (sea cual fuera) dando paso a enormes interrogantes sobre el deseo de poder y su conquista avasalladora de llegar a controlar de forma merecida su propia vida, siendo el amo de todo, rechazando teorías teológicas y religiosas y exponiéndose como un ser con capacidad real y científica como ejemplificador y creador de la vida y la muerte y, en definitiva, de la existencia humana.
A pesar de ciertas desavenencias en su vida privada (la escritora perdió dos niños) y de su pasar relativamente privilegiado, sumado a su pasión por la literatura y aprovechando que el rol de la mujer en la época avanzaba hacia los círculos sociales más elitistas, impulsada por la Ilustración, en donde se replanteaba la posición de la literatura (entre otras disciplinas artísticas) buscando como objetivo presentar al público una gama variada y diferentes de propuestas sin caer en el oscurantismo, Shelley se volcó de lleno en un libro bastante particular, que ofrece la dosis de horror necesario pero va mucho mas allá, planteando interrogantes aún hoy vigentes más que nunca, cuyas respuestas varían, según la percepción de cada lector o, en este caso, de cada espectador.