Es el año 2010, eres noruego y dispones de aproximadamente tres millones de dólares. ¿Qué harías? Pues el director y guionista Andre Øvredal no dudó en engendrar una de las películas más esperadas del año por los seguidores del género fantástico y freaks consolidados.
"Trolljegeren", conocida también como "The Troll Hunter", es una película al estilo "falso documental", filmada en primera persona por los propios protagonistas, como ya se ha visto en cintas como "Cloverfield", "[REC]" o "Diary of the Dead". El mismo cuenta cómo unos jóvenes reporteros descubren que el gobierno de Noruega ha estado ocultando la existencia de unes seres abominables pertenecientes a la mitología escandinava: los trolls.
Thomas, Johanna y Kalle son tres estudiantes de periodismo que se lanzan a perseguir con su cámara a un supuesto cazador furtivo de osos, Hans (Otto Jespersen), quien es sospechoso de haber abatido a un oso que había salido de su territorio.
Tras muchas horas de persecución, los chicos se encuentran perdidos en mitad de un bosque cuando de repente encuentran al cazador Hans huyendo de algo enorme y monstruoso que no acaban de vislumbrar.
En un principio, se muestran incrédulos cuando Hans les explica que lo que había en el bosque era un troll, y que realmente su trabajo es cazar a los que se extravían de su zona. Pero cuando el cazador les invita a acompañarle a una partida, los muchachos descubren no solo que los trolls existen, sino que el gobierno noruego lo ha estado encubriendo y que últimamente estos seres antropomorfos se están comportando de una manera inusual.
Al iniciar la película, puede parecer que va a tratarse de una historia lenta, aburrida y con la aparición fugaz de algún "bicho" deformado y poco trabajado. La poca verosimilitud de los actores que interpretan a los estudiantes, y el intento de hacer pasar la película como una "cinta real encontrada bajo una piedra", provoca que el espectador empiece a lamentar el hecho de haber pulsado el play.
Pero, sorprendentemente, cuando pasan los minutos la cosa se pone interesante, sobretodo cuando empiezan a aparecer algunos monstruos y Hans, el cazador, explica a los jóvenes todo acerca de los trolls (los tipos, tamaños, hábitos, particularidades).
Cuando aparecen las criaturas, no lo hacen de manera que se vean fugaz y parcialmente para así esconder la falta de buenos efectos especiales. Al contrario, siempre que aparecen los trolls lo hacen en cuerpo entero y, aunque alguna vez se nota la falta de recursos, hay algunas secuencias que son realmente estremecedoras, como la del troll gigantesco. Además, los paisajes noruegos siempre son un obsequio para los ojos.
En lugar de uno centrarse en la trama, el interés radica en saberlo todo sobre los trolls y la manera en la cual se ha conseguido plasmar. Todo lo referido a estos engendros ha sido extraído de la mitología escandinava y todas sus leyendas. Algunas de las particularidades que tienen son el hecho de que algunos trolls exploten y otros se petrifiquen, en función de la edad, con la exposición de la luz ultravioleta, que les guste masticar neumáticos, o que tengan la capacidad de oler la sangre de la gente cristiana. Creo que esta última característica queda un poco fuera de lugar y se contradice con lo que se cuenta en la película ya que, durante la historia, se deja clarísimo que un troll es un animal y no un ser de un mundo fantástico. Incluso se dan explicaciones científicas para demostrar el hecho de que estallen o se petrifiquen.
En definitiva, ésta es una pequeña producción que cuenta con una grandísima idea. No obstante, los recursos, el guión y la estampa final son bastante insuficientes. No sería de extrañar que los rumores de un remake americano finalmente se cumpliesen.
Título original: "Trolljegeren". Título alternativo: "The Troll Hunter". País y año: Noruega, 2010. Director: André Øvredal. Guión de: André Øvredal. Elenco: Otto Jespersen, Hans Morten Hansen, Tomas Alf Larsen y otros.
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