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"Onibaba" (1964) es una verdadera joya del cine fantástico japonés. Así de claro lo digo. Es un filme desconocido para muchos y apreciado por muy pocos. Un título excepcional por su atmósfera extraordinaria, por el empleo de la simbología, por una radiante fotografía fantasmagórica, por una banda sonora espeluznante, por la descripción de unos personajes antagónicos y por la mezcla de terror y drama que abunda durante todo el metraje.
La película se vertebra en tres historias cuyo final será desastroso: por un lado tenemos el triángulo amoroso entre una nuera y su suegra con un hombre joven. Luego está la parte erótica que es igual de hermosa como elegante. Y para concluir hay una historia de terror en la que los celos transformarán a una de las dos mujeres en un demonio que sembrará el terror durante la noche. Tres relatos colocados con tanta sensibilidad como cuidado y cuyo resultado está lleno de poesía.
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