España
Si la primera escena de una película está bien planteada, nos enganchará y estaremos dispuestos a interesarnos por los personajes y la trama. Una decepción en el comienzo puede ser determinante y difícil de contrarrestar.
"Bloody Mallory" tiene una forma espectacular de atraparnos. Nos sorprende con el ataque de vampiros violadores a un convento. En la sala del centro cultural de Gijón irrumpen desde ese momento las risotadas, que no cesarán hasta el final de la película.