Por Enrique Martínez Gette
Uruguay
Vista en perspectiva, como muchas obras cinematográficas que tuvieron cierto impacto en el momento de su estreno, "Fright Night" (1985) parece superada por los lanzamientos posteriores en el género de terror. Ni que hablar, porque los efectos de ese año cayeron en la obsolescencia. También por el hecho de que la música y muchas de las situaciones apelan a elementos que hoy, en vez de inducir al susto, producen risas.
No obstante, este filme tiene varios puntos altos y destacables, justamente donde fallan muchas de las producciones actuales. Uno de ellos, quizás el más importante, es la empatía que producen sus protagonistas con el espectador. Empezando por el personaje de Charley Brewster (William Ragsdale), un joven que descubre que uno de sus vecinos, Jerry Danridge (Chris Sarandon), es un vampiro.