Por Alejandro Ramírez Flores
México
Pocas veces el título de una película refleja de una manera tan exacta lo que ésta es en realidad. "Splinter" (2008), que en inglés significa "astilla" o "fragmento afilado", un filme de Toby Wilkins ("The Grudge 3"), aunque es modesto en su factura y se vale de bastante sangre y agitados movimientos de cámara para dar ese efecto de descontrol, al final entrega lo que promete, que no es otra cosa que un buen rato de cine de horror con lo más mínimo de CGI (imágenes generadas por computadora), siendo esto último apreciado por no pocos que están cansados de ese aritificial aspecto ahora tan en boga.
Pocas veces el título de una película refleja de una manera tan exacta lo que ésta es en realidad. "Splinter" (2008), que en inglés significa "astilla" o "fragmento afilado", un filme de Toby Wilkins ("The Grudge 3"), aunque es modesto en su factura y se vale de bastante sangre y agitados movimientos de cámara para dar ese efecto de descontrol, al final entrega lo que promete, que no es otra cosa que un buen rato de cine de horror con lo más mínimo de CGI (imágenes generadas por computadora), siendo esto último apreciado por no pocos que están cansados de ese aritificial aspecto ahora tan en boga.
Seth (Paulo Costanzo) y Polly (Jill Wagner), dos jóvenes viviendo en Oklahoma, Estados Unidos, tienen la ocurrencia que para celebrar su aniversario nada mejor que una salida al bosque para acampar y pasar unos días alejados de las labores citadinas, pero al ver frustrados sus intentos por convivir con el medio ambiente, y no poder armar su refugio, optan por mejor retirarse a hospedarse en algún lugar.