Por Alejandro Ramírez Flores
México
Cuando el mundo ha dejado de existir como tal y la nueva realidad humana está plagada de incertidumbres y amenazas, una breve luz en el camino da esperanza y asegura la continuidad de la especie. Eso es lo que cree el veterano "Mister" (Nick Damici de "Mulberry Street") cuando salva al joven Martin (Connor Paolo de "Camp Hope") de morir de la misma forma en la que la familia del chico falleció.
De esta manera, inicia "Stake Land" (2010), una cinta que combina varios elementos familiares, pero de una forma posmoderna, en la que el director Jim Mickle ("Mulberry Street") sumerge al espectador en una visión post apocalíptica, en la que se ven las secuelas que ha dejado la última epidemia humana, en donde no son muertos vivientes los que asolan la tierra, sino no-muertos (léase vampiros), que cazan a sus víctimas de noche, pues de día perecen debido a la luz solar, como esta bien establecido en el mito de los chupasangre.
Como en muchos largometrajes del mismo corte, en donde se parte luego de "el fin del mundo como lo conocemos", los dos disímiles personajes se trasladan a través de la carretera y caminos aledaños para llegar al norte de lo que queda de los Estados Unidos, país que ya no existe como tal luego de que se ha subdividido en zonas controladas por varios grupos facciosos, entre ellos los dos más dominantes: el gobierno norteamericano y un culto religioso fundamentalista denominado "La hermandad".
Durante su trayecto se les unirán una religiosa, a quien sólo se la presenta como "Hermana" (Kelly McGillis de "The Innkeepers"); una joven embarazada de nombre Belle (Danielle Harris de "Halloween 4: The Return of Michael Myers"); y el ex Marine Willie (Sean Nelson). Esta varipinta e improvisada familia tendrá que sortear distintos obstáculos y peligros para llegar a su destino.
Como en muchos largometrajes del mismo corte, en donde se parte luego de "el fin del mundo como lo conocemos", los dos disímiles personajes se trasladan a través de la carretera y caminos aledaños para llegar al norte de lo que queda de los Estados Unidos, país que ya no existe como tal luego de que se ha subdividido en zonas controladas por varios grupos facciosos, entre ellos los dos más dominantes: el gobierno norteamericano y un culto religioso fundamentalista denominado "La hermandad".
Durante su trayecto se les unirán una religiosa, a quien sólo se la presenta como "Hermana" (Kelly McGillis de "The Innkeepers"); una joven embarazada de nombre Belle (Danielle Harris de "Halloween 4: The Return of Michael Myers"); y el ex Marine Willie (Sean Nelson). Esta varipinta e improvisada familia tendrá que sortear distintos obstáculos y peligros para llegar a su destino.
Interesantes aportaciones a una mitología propia validan la trama del largometraje, como incluir distintos tipos de vampiros, según características propias que se van descubriendo conforme pasa el filme, en donde se aprende que morir desangrado puede que no sea lo peor que pueda sucederle a la gente, y menos si son mujeres y caen en manos de fanáticos mesiánicos como Jebedia Loven (Michael Cerveris de la serie televisiva "Fringe").
Parte crítica social (como lo fue el debut como director de Jim Mickle) y parte ficción nutrida de diferentes géneros fílmicos, entre los que se incluye el western, "Stake Land" guía al espectador durante el ciclo en el que Martin crece, no en el sentido físico, sino vivencial y mental, para convertirse en aquello que "Mister" desea que se transforme: un hombre; y así pueda sobrevivir en esta nueva etapa de la existencia humana, donde la ley del más fuerte es la que reina, y los errores se pagan con la vida... después de la muerte.
Título original: "Stake Land". País y año: Estados Unidos, 2010. Director: Jim Mickle. Guión de: Jim Mickle y Nick Damici. Elenco: Connor Paolo, Danielle Harris, Kelly McGillis, Sean Nelson, Nick Damici y otros.
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