"Es una extraña historia
la de esta noche,
una auténtica historia
para no dormir".
la de esta noche,
una auténtica historia
para no dormir".
Por Gonzalo Gala
España
Existe una arraigada tradición por el terror seriado, un formato que ha encontrado en el medio televisivo su mejor carta de presentación.
El uruguayo/español Narciso Ibáñez Serrador introdujo un género absolutamente desconocido en la España de los sesenta, terror de calidad que tenía como nombre "Historias para no dormir".
El propio Ibáñez Serrador aparecía en la cabecera de cada uno de los episodios acompañando al espectador de forma análoga a "Night Gallery" o "Alfred Hitchcock Presents". Se trataba de unas breves líneas a modo de introducción, cuya importancia residía en el motivo que suscitaba el conflicto.
En el caso de "Historias para no dormir", se trata de una emoción muy humana: la fatalidad. La temática se centra en la muerte y en el vacío de la perversidad que conducen al horror. El desenlace suele ser siempre el mismo, una vuelta de tuerca del destino que se repite en todos los episodios. No hay final feliz en la serie.
En sus historias busca una estética morbosa sin otra finalidad que la de aterrorizar al espectador, mientas que en otras logra transmitir una esencia dramática e incluso moral bajo el horror de sus historias, unos relatos minuciosos de las obsesiones y miedos más profundos del ser humano. Por eso recurre mucho a Poe, adaptando algunos de sus relatos más conocidos como "El barril del amontillado" o "El cuervo", con el propio escritor como protagonista mojando su pluma en tinta y su cerebro en alcohol. En otras, es la cotidianidad que se vuelve trágica, como las obsesiones producidas ante una televisión en el capítulo El televisor.
Al menos desde la humildad de estas líneas, quede restituido el honor de recordar una de las figuras de la televisión española, convertida en mito del pasado, capaz de sumergirnos en nuestros más profundos miedos.
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